La terapia vibroacústica es una técnica de bienestar que utiliza el sonido y la vibración para promover la relajación, reducir el estrés y mejorar la salud general. Se basa en el principio de que ciertas frecuencias pueden influir positivamente en las células y sistemas del cuerpo.

El sistema VIBE combina sonidos y vibraciones calibrados con precisión para crear una experiencia terapéutica integral. Mientras usted se recuesta en la cama, transmite programas musicales especializados, llamados frecuencias sonic-ceuticals, por todo su cuerpo, lo que ayuda a equilibrar su sistema y promueve el bienestar.

Los programas musicales combinan de 5 a 7 capas de frecuencias, geometría sagrada, proporciones matemáticas y firmas energéticas naturales para influir directamente y optimizar una variedad de efectos fisiológicos como el trastorno de estrés postraumático, el TDA/TDAH, la depresión/ansiedad, la inflamación crónica y aguda, la activación de células madre, la cicatrización de heridas, la regeneración de tejidos, la recuperación deportiva, la recuperación de adicciones y la alineación futura de la línea de tiempo.

Los usuarios suelen reportar reducción del estrés, mejor calidad del sueño, disminución del dolor, mayor concentración y una sensación general de bienestar. Sin embargo, los resultados individuales pueden variar. El uso constante a lo largo del tiempo suele producir los mejores resultados.

No tiene efectos secundarios. Es una terapia no invasiva.

Si se pueden experimentar molestias que son propias del proceso de liberación y ajuste físico y emocional que se activa con la terapia.

La vibración llega a capas profundas de los músculos y tejidos, aflojando zonas donde había contracturas, tensiones o rigidez. Al mismo tiempo estimula la circulación sanguínea y linfática, promoviendo la eliminación de toxinas. Toda esta actividad en el cuerpo puede generar una sensación de dolor similar a la que se siente después de un masaje profundo o una sesión de fisioterapia. Es señal de que el área estaba sobrecargada y empieza a liberar energía y a oxigenarse mejor.

Estas molestias suelen desaparecer entre las 24 y 48hs posteriores a la sesión.

Se recomienda una buena hidratación, tomar mucha agua para eliminar toxinas.

Descansar y escuchar al cuerpo, si hay dolor, evitar esfuerzos físicos intensos ese día.

Cada sesión dura entre 30 y 40 minutos. La frecuencia depende de lo que cada persona siente, cuanto mas seguido se realice mayor será el efecto que generará.